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La cordillera

  • Juli
  • 25 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

Tildada de Thriller psicológico, esta película dirigida por Santiago Mitre nos acerca a nosotros, simples campesinos, al mundo de quien ocupa el puesto de presidente de la Nación Argentina.


El objetivo de la película es claro y logra su cometido: no hacen referencia a ningún presidente en específico sino que son todos a la vez. Hernan Blanco (Ricardo Darín) podría ser tranquilamente cualquier líder que haya dejado su huella en la historia de Argentina.


Sin embargo Hernán, que obtiene la mayor cantidad de votos gracias a la campaña en que lo identifican como un “hombre común” ya que viene de La Pampa, esconde secretos personales que saldrán a la luz, cuando su hija Marina Blanco (Dolores Fonzi) sufre un desorden psiquiátrico y debe ser hipnotizada para regresar a la normalidad. Si bien el presidente niega con buenos argumentos todo lo que luego del trance su hija afirma con seguridad, la película termina sin develarnos si es cierto todo lo que ella narra o simplemente son imaginaciones que manchan sin razón alguna el nombre de su padre ante todos los que lo rodean.


La película va y viene entre los conflictos personales y los político-económicos que debe afrontar Hernán, ya que todo se desarrolla en el marco de una cumbre de presidentes en que se propondrá la creación de una alianza petrolera entre todos los países que integran América Latina. Si bien desde el comienzo, Hernán es aconsejado por comitiva de apoyar a Brasil; nuestro presidente se verá tentado por una oferta secreta de Estados Unidos para integrarse al acuerdo, a cambio del dinero que Hernán necesita para devolver al Estado y lograr que la denuncia hecha por su ex yerno no lo perjudique en nada.


Hernán debe decidir entre lo que todo su equipo le aconseja, y lo que a él personalmente le beneficia. Cuando por fin decide accionar en favor de Estados Unidos para borrar rastros de dinero que le quitó al país en el pasado, su yerno sufre un ACV y al perder validez la denuncia, Hernán puede finalmente accionar según lo que beneficiará a todo el país en lugar de a él solo.

Si bien el filme cuenta con una fotografía maravillosa, desde la cual podemos vislumbrar constantemente la cordillera nevada, desde el lado de Chile; el argumento de la misma carece de fuerza cuando al llegar el momento del clímax, todo se resuelve mediante el uso de un triste Deus is máquina.


Uno se queda con la sensación de que nada de lo que esperaba sucede y conflictos por los cuales aumentó la tensión, durante las dos horas de duración que tiene la película, se resuelven en cuestión de segundos. Por más que las actuaciones sean brillantes y tanto Ricardo Darín, como Erica Rivas (quien suponemos es hermana del presidente) y Dolores Fonzi, se lucen en lo que hacen; quizás los que tuvimos la oportunidad de verla hubiéramos preferido que todo se saliera de control para el presidente y terminara de la forma que menos esperábamos o que nos generara un gran impacto.


En lugar de eso, se sacaron de encima el desenlace de la trama con una resolución tan nefasta que acabó con las expectativas de más de uno, en lo que respecta al cine nacional.


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Querida Papa Reiena

es un blog creado en 2017 por un grupo de estudiantes de primer año de la carrera de Guión en el ISER.

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