La Papa en Comicópolis
- Ale
- 15 sept 2017
- 3 Min. de lectura
Y un día volvió. Luego de dos años de espera, Comicópolis volvió a realizarse, para el delirio del fanático de la historieta. Más de 23 mil personas demostraron que la viñeta está más vigente que nunca.
Su cuarta edición se llevó a cabo a lo largo de tres días, en La Rural. La elección del predio no es casual, ya que desde la primera entrega en 2013 hasta la anteúltima de 2015, se había realizado en Tecnópolis, con el aval y la ayuda institucional del Estado, permitiendo que la convención fuera gratuita para todos. Sin embargo, el cambio de gobierno en 2016 se tradujo en la quita de ese apoyo y la suspensión de Comicópolis. Al menos por un año.
Pero 2017 nos encontró dándole la bienvenida de nuevo a un evento que se destaca por su veta cultural, más allá de la nueva modalidad de pagar por la entrada. Mientras otras convenciones -y sin desmerecerlas- se preocupan por traernos actores de series y películas de primera o segunda línea, Comicópolis centra su atención en la presencia de guionistas y dibujantes. Sólo hace falta repasar la última grilla de invitados, donde las estrellas destacadas fueron el dibujante Simon Bisley; el actual guionista de Asterix, Jean-Yves Ferri; Trina Robbins, la primera mujer en dibujar a Wonder Woman; y Yoichi Takahashi, el creador de Captain Tsubasa (Aquel hermoso animé de fútbol, conocido acá como Supercampeones, que marcó a más de una generación con las aventuras de Oliver Atom). Y si vamos más atrás en el tiempo, hace sólo dos años contó con la presencia de Art Spiegelman, creador de Maus, mítica obra sobre la Segunda Guerra Mundial que le valió a su autor un Premio Pulitzer.
La cultura de Comicópolis genera un lugar mágico, donde El Eternauta, obra máxima de Héctor Germán Oesterheld, tiene su propio stand con exposiciones, fotos y videos de simulado documental, demostrando cómo la ficción puede tranquilamente superar la realidad. O la exhibición de originales de Maitena, madrina de la presente edición. Además, para alegría de todos los fans de Quino, el maestro dijo presente en el primer día, y recorrió junto a ellos la muestra dedicada a su formidable trayectoria.
Cultura también fueron los distintos talleres que el público pudo realizar y disfrutar junto a sus artistas favoritos, como así también el hecho de tenerlos tan cerca, conocerlos y disfrutar la oportunidad de dialogar con ellos.
Comicópolis también sentó posición sobre temas que otros eventos prefieren esquivar, como la libertad de expresión, representada en una muestra dedicada a la Revista Barcelona. Esta publicación se encuentra a la espera del fallo de la Suprema Corte de Justicia en relación al juicio que le inició Cecilia Pando por calumnias e injurias. Un dictamen a favor de Pando implicaría el cierre definitivo de la revista y representaría una mancha negra en la historia gráfica de nuestro país.
Otro tema que los organizadores decidieron poner en foco fue la lucha de las mujeres, bajo la consigna Ni Una Menos, con un stand llamado Rodete, donde la artista Alejandra Lunik brindó talleres, charlas y dibujos en ese contexto.
La historieta es un medio para comunicar, un fenómeno cultural que va más allá de las capas y los superpoderes con los que se la asocia en primera instancia. Comicópolis lo entendió, y lo plasmó de forma admirable.
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